¿Teorías de conspiración? Léase correctamente…

Hoy en día, entender el lenguaje de los políticos demagogos es una necesidad, saber con qué tipo de manipulador nos enfrentamos y en qué nivel se encuentra a la hora de manipular a la opinión pública, así como tener claridad acerca de cuáles son los medios que potencializan las mentiras que dice, es vital.

Por ejemplo, muchas veces hay grupos que utilizan la etiqueta “teorías de conspiración” para marcar cierto contenido, cuando lo que en realidad están haciendo es evitando que ese contenido sea analizado por la sociedad, por lo que más bien, cuando les veamos marcar con esa etiqueta a algo, debe encenderse una alerta porque más bien puede resultar en una de sus “prácticas de corrupción” usuales, con ese etiquetado arbitrario y a discreción, evitando que ese contenido sea analizado por todos.

Si ponen atención a los discursos e intervenciones de políticos en los últimos meses, resulta que en las noticias sobre ellos se está utilizando mucho la palabra “desmentir”. Ejemplo: “X persona desmiente lo que Y denunció sobre…”, entre otros. ¿Pero usted sabe que significa desmentir?

Dentro de las opciones de la Real Lengua Española (RAE) https://dle.rae.es/desmentir podemos encontrar la siguiente definición: “Manifestar o demostrar que alguien miente o se equivoca”, en otras palabras, no necesariamente significa que se demostró que es falso o mentira, sino que se utiliza para “manifestar” que es falso lo que se dice, aunque no se demuestre. Por eso, cuando vea en un titular que algo se desmintió, no quiere decir que se demostrara que se ha mentido con respecto de lo que el otro dice… ¿Puede ver cuántas notas en la actualidad utilizan esta frase?

Esto mismo pasa con el tema de “teorías de conspiración”, que supuestamente están basadas en la incredulidad o ignorancia de una persona o personas. Sin embargo, cuando alguien conoce acerca de un hecho que puede ser real y lo desmiente (lo manifiesta como falso), escudándose en que se trata de una “teoría de conspiración” sin dar ninguna base razonable, colocando esa etiqueta para evitar seguir hablando del tema y lograr la complicidad social (burlarse de los conspiranóicos), bien podría tratarse de una estrategia para ocultar un acto de corrupción que puede estar beneficiando a un sector político, comercial, empresarial o a una persona o grupo en específico.

Esta palabra y frase se está usando mucho cada día, “desmentir” y “teorías de conspiración”, son muletillas como las que utilizó el gobierno de Laura Chinchilla, ¿lo recuerdan?, que escribían reiteradamente la palabra “avanza”, “Costa Rica avanza”, entre otros “avanza” mezclados con todo tipo de combinaciones de palabras. Sin embargo, por sí sola, la palabra avanza no siempre quiere decir que sea beneficioso para los costarricenses, por ejemplo, “avanza proyecto de ley contra el…” no quiere decir que ese proyecto sea bueno para el país.

Por eso, entender cómo se manipula a la opinión pública es la mejor forma de entender el empuje actual hacia el fanatismo y la división de sectores de la población. Esto sucede, básicamente, por el desconocimiento de diversos temas por parte de la sociedad, porque la sociedad no suele analizar contexto, trasfondo e intención. El asunto se complica ya que muchos de los voceros actuales de la desinformación o del etiquetado se dedican 24/7 a impulsar una ideología en cierto sentido en las redes sociales, lo hacen normalmente bajo paga, ya que hacerlo conlleva, indudablemente, a que aquella persona no tenga tiempo para trabajar en otra cosa, pues debe producir contenido constante. Entonces, la forma más viable de hacerlo es a través de un ingreso económico que los interesados en difundir esa información o etiquetado les pagan, para cubrir sus necesidades básicas como alimento, internet, entre otros.

Por eso, cuando usted escuche a un político o un politiquero hablar acerca de, o señalando “teorías de conspiración” sobre un hecho denunciado, o sobre un asunto cuestionable que se saca a la luz, deben encenderse las alertas. Cuando se realiza el acto de asentir a esa etiqueta que ellos ponen sin analizar el comportamiento y el contexto en que se desarrollan los políticos y funcionarios públicos, se abre la puerta a la injusticia y entonces la ignorancia siga avanzando por Costa Rica. Además, las prácticas de etiquetado arbitrario, léase correctamente, como constante práctica de corrupción a la vista y paciencia de todos.

La ausencia del debate, es corrupción.

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