Una falsa promesa de recibirlos en Casa Presidencial mientras estaba la Rueda de Prensa, hiso pensar a los manifestantes que les quisieron dar un plato de babas, ya que una vez finalizada la Conferencia de Prensa un vocero de Casa Presidencial salió a decir que les iban a avisar, pero consultamos esta mañana y al parecer aun no los reciben.
Aunque varios grupos han sido recibidos por el mandatario en las últimas semanas, al parecer el tema de la sustancia experimental candidata a vacuna, según documentos oficiales de Pfizer, no es ni para debatir ni de interés del mandatario, incluso el Presidente ha dejado claro que la posición de su gobierno es pro vacunas, y anticorrupción, sin embargo, será el tiempo quien diga que hay detrás de la negativa, como ha dicho el mandatario al buey por el cacho y al hombre por su palabra se le conoce.
El tema de la sustancia, en Costa Rica, es una vacuna documental, pero no cuenta siquiera con el permiso sanitario, además que es público los más de 1290 efectos adversos, mismos que según la Ministra de Salud indicó que ella y el presidente ya conocen.
Extrañamente, no hay consentimiento informado, tampoco se ha alertado que la sustancia es abortiva, no hay campañas que alerten de los efectos adversos, y como lo dijo la Ministra de Salud, que conoce los efectos adversos del contrato blindado, tampoco podría responder a quien le pregunte que le va a pasar mañana después de inocularse, por lo que indirectamente estaría confirmando que todos los costarricenses están siendo sujetos de prueba.
Sin embargo, a pesar de que se ha alertado de que la sustancia que trae un proceso anterior al covid, ya se conocía que producía miocarditis y pericarditis, pero pareciera que la quieren normalizar como un efecto del covid y no de la sustancia, lo que preocupa a los movimientos de un conflicto de intereses entre la farmaceutica y el gobierno, otros señalan el cumplimiento de la agenda 2030.
La ausencia de un debate público, técnico y científico, debería ser de interés de los Tres Poderes de la República, pero al parecer puede existir algún interés de que no se difunda a toda la población estos riesgos, donde al contrario se les induce a inocularse diciéndoles que la sustancia es segura y eficaz. Lo que si se ha demostrado en Costa Rica es que la ausencia del debate ha señalado siempre la presencia de la corrupción.
