Seis meses de protestar frente al PANI, las vacunas y los graves abusos de poder

El PANI sí está organizando reuniones en las escuelas para intimidar a los papás.
El martes pasado, estuve en una reunión organizada por la dirección de la Escuela Enrique Pinto, de San Rafael de Ojo de Agua, Alajuela, en coordinación con el PANI de la comunidad, que, por cierto es una de las oficinas con más denuncias y más cuestionamientos.

Ante la pregunta del periodista Gerardo Ledezma, de CRPRENSA, acerca de mi video en la actividad del martes pasado en la Escuela Enrique Pinto, la Ministra de Educación dijo que no sabía de estas actividades, y negó que el Ministerio de Educación estuviera coordinando reuniones con el PANI para intimidar a papás en las escuelas.

Pero consta con mi video y en mi entrevista con cinco mamás que el PANI sí está intimidando a padres y madres desde las escuelas.

La ministra de Educación también negó que las escuelas fueran utilizadas como vacunatorios, pero fue el mismo periodista Gerardo Ledezma quien denunció el hecho de que una escuela en Pavas está siendo utilizada para inocular a los niños.

El PANI comete un grave error al hacer estas reuniones, pues viola la intimidad de los menores.
Al juntar a los papás y las mamás, ya queda claro cuáles son los niños, quiénes son los niños que no son inoculados por las dudas de sus papás.

Costa Rica es el único país de todo el mundo que está obligando a la vacunación en niños. No parece lo procedente en una democracia. Es lo típico de los regímenes dictatoriales, las tiranías, lo que uno podría esperar de Nicaragua, Venezuela, Corea del Norte, Irán.

Precisamente hoy cumplo seis meses de manifestarme todos los días frente a alguna oficina local del PANI.

En estos seis meses, me he manifestado frente a las siguientes oficinas: Barrio San José de Alajuela, Poás, Dirección Regional de Alajuela, Grecia, Naranjo, San Ramón, Coronado, Cartago, Guápiles, Turrialba, así como las oficinas centrales del PANI en el Barrio Luján.

En estos seis meses, he recibido una gran cantidad de denuncias de muchas oficinas del PANI.
El top ten de las peores oficinas del PANI de las que he recibido más denuncias es el siguiente:

  1. Barrio San José de Alajuela (12 denuncias, ¡la peor de todas!)
  2. Puerto Viejo de Sarapiquí (11 denuncias)
  3. Alajuela Central, por la casa de Pollo Macho (10 denuncias)
  4. Cariari de Pococí, Limón (9 denuncias)
  5. San Rafael de Alajuela (8 denuncias)
  6. URAI de Alajuela (7 denuncias)
  7. San Pablo de Heredia (6 denuncias)
  8. Tres Ríos, La Unión, Cartago; Siquirres, Limón, y San Ramón, Alajuela (3 denuncias cada una)
  9. Coto Brus, Naranjo, Golfito y Puntarenas (2 denuncias cada una)
  10. Jacó, Garabito (una denuncia, pero se ha hecho la misma denuncia en reiteradas ocasiones)
    Peores direcciones regionales:
  11. Dirección Regional de Alajuela (¡hemos recibido 32 denuncias!)
  12. Dirección Regional de Limón (18 denuncias)
    La fuente de estos datos es la recopilación de denuncias a través de entrevistas de este servidor.
    Volvamos al tema original. Esto de que el PANI esté confabulado con el Ministerio de Educación para obligar a inocular a los niños me parece gravísimo. Y peor por el hecho de que viola la intimidad de los menores.
    El PANI cada día está peor.
    Es una vergüenza de institución.
    En seis meses que tengo de amarrarme todos los días frente al PANI, es mucha la evidencia que he recopilado de irregularidades de la institución.
    ¿Por qué el gobierno protege al PANI?
    ¿Por qué el gobierno alcahuetea al PANI?
    ¿Será que el PANI no es prioridad y al presidente no le importa lo que ocurre en esa institución?
    El PANI da miedo. El PANI da pánico. El PANI da asco.
    Se llama PANI porque pa… ni mierda sirve.
    Bueno, perdón, sí sirve para algo: para robar bebés en los hospitales, para arrebatarles los niños al papá o a la mamá, para destruir hogares, para permitir que abusen de los niños en los albergues, para abusar del poder, para abusar de la autoridad, para irrespetar el debido proceso, para destruirle la vida a miles de niño .

Dr. Camilo Rodríguez Chaverri, periodista

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