San José, miércoles 22 de diciembre de 2021. Tras haber sido electa Presidenta del TSE en la sesión ordinaria n° 109-2021 del pasado jueves 16 de diciembre y juramentada en el cargo este martes 21 de diciembre, deseo manifestar lo siguiente:
Primero, que estoy profundamente honrada por lo que implica esta elección unánime que mis pares, magistradas y magistrados electorales, hacen de mí para presidir el TSE, así como agradecida por las múltiples muestras de respaldo y entusiasmo por esa elección expresadas por diversas personas y organizaciones, particularmente de mujeres.
Segundo, que, consciente de la enorme responsabilidad que conlleva liderar al prestigioso organismo electoral costarricense, pondré toda mi experiencia y energías al servicio de la más trascendental tarea que la República nos encomienda: garantizar la renovación democrática y pacífica de las autoridades del gobierno conforme lo establece nuestro orden constitucional. Para ello, será muy valioso contar con la Vicepresidencia del magistrado Max Esquivel, lúcido y leal compañero ya por 15 años en las faenas electorales.
Tercero, que al ser la primera mujer Presidenta de este órgano constitucional en sus 72 años de existencia, acepto este encargo en homenaje a la lucha de tantas mujeres, a lo largo de tantos siglos, por su igualdad. Sé que más allá de lo que personalmente significa llegar al cargo de máxima responsabilidad electoral de nuestro país, el hecho constituye, a la vez, un poderoso mensaje para las jóvenes y las niñas costarricenses: ningún alto cargo nos está vedado; todos, por el contrario, pueden verse enriquecidos con nuestros conocimientos, destrezas y fuerza. Ciertamente, me acuerpa la sabiduría acumulada de 8 procesos electorales a lo largo de 16 años de magistratura, 11 de los cuales como Vicepresidenta del TSE, pero son más de 35 años de luchas en favor de los derechos políticos de las mujeres. Y por eso, en esta ocasión, reitero, una vez más, mi compromiso con las mujeres de este país en la lucha por una democracia paritaria e inclusiva.
Cuarto, que soy consciente de las necesidades de remozamiento, mejora y profundización de la democracia costarricense, incluido su régimen electoral, así como del papel que puede cumplir el TSE en la construcción de las respuestas que le permitan a la sociedad volver a experimentar nuestro sistema político, no solo como “el peor con excepción de todos los demás”, sino como una herramienta fecunda en posibilidades para la vida en común, libre y en paz. Esa conciencia marcará mi agenda de trabajo y el estilo de liderazgo que me es propio y con el que voy a acometerla: buscando activamente la cooperación, privilegiando la horizontalidad y abriendo espacios de escucha y diálogo.
Eugenia María Zamora Chavarría
Magistrada Presidenta Tribunal Supremo de Elecciones
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