Pastor panameño rompe el silencio contra los empleados públicos que están vendiendo al país, y señala a los policías que no están defendiendo la patria, y hace un llamado a los demás actores sociales a participar como ciudadanos, así como el llamado a que el próximo presidente meta a la cárcel a los corruptos.
Parece Venezuela, pero es Panamá, el manejo de la información en contra de lo quienes protestas y la ausencia del debate ha sido la tónica. La lucha es contra una ley para realizar la minería en Panamá mediante un contrato cuestionado con una empresa canadiense.
Ordenes de captura contra lideres indígenas, como Toribio García, llaman la atención en la dinámica de uso de las policías para llevar a cabo un contrato con la minera, aun cuando se habría declarado inconstitucional. La desconfianza aumenta contra las autoridades en el país vecino, lo que genera aun mayor levantamiento de voces como la del Pastor Demil Ayala, de la ciudad de David, Chiriquí.