Suspender la obligatoriedad en niños. Un acto cuyos efectos a largo plazo, beneficiosos o perjudiciales, serán juzgados por las generaciones futuras. Pero la suspensión sin duda se basa en la prudencia y en la bioética, así como la protección del interés superior del niño, ante un medicamento en fase de ensayos sin terminar. Una cosa es permitir el uso de emergencia y otra muy distinta la obligatoriedad como medida extrema y radical que había sido adoptada de manera prematura y aventurada por las autoridades costarricenses, ya que el resto del mundo nunca se apresuró de tal manera. No debemos olvidar ese nuevo fracaso de la ética médica y el peligro de dejar este tipo de decisiones a médicos, sin contar con el criterio de los filósofos y juristas especializados en bioética. Por el momento, los padres costarricenses podemos tener tranquilidad porque se detuvo el intento de imposición, pero debemos hacer esfuerzos para evitar que un episodio similar se repita.
Toda esta experiencia la estoy complementando con mis estudios de maestría en Bioética, donde más que nunca he entendido la primordial importancia de abordar estos temas de una manera interdisciplinar.
Lic. Arcelio Hernández Mussio