Sin una justificación científica, ni debate público, las elites mundiales toman control de la opinión pública desde la censura y el adoctrinamiento, ahora también desde los distintos gobiernos en todo el mundo, al modus operandi de una mafia internacional.
Y es que por impulso económico en temas ideológicos, las elites vienen modificando la autodeterminación de los pueblos, si, desde las mismas organizaciones internacionales, y como consecuencia la censura en algunos casos, y el uso manipulado de la justicia en otros.
Del mismo modo, que el pasado la censura se presentaba quemando los libros, ahora la tecnología lo hace más rápido y casi sin dejar evidencias. Al mismo tiempo que generan leyes de ley mordaza que limita la libertad de expresión y la libertad de prensa.
Lo preocupante, es que los diputados y políticos del mundo, de casi todos los países, se vienen prostituyendo a intereses económicos para impulsar leyes, reglamentos y normas que traen como consecuencia no solo una transformación social a la globalización, sino que genera herramientas de control social mediante la estructura judicial y policial de los diferentes estados.
La democracia está quedando como un simple recuerdo, y se está reemplazando por lo que la OEA reconoció como una dictadura moderna, una dictadura que simula una democracia mientras se saquean las riquezas de un país, esta simulación genera deudas donde se justifica transacciones bancarias de los ciudadanos, fomentan el empobrecimiento, el desempleo y la violencia como método de evitar que el pueblo se organice para frenar los abusos de la clase política.
Opinión de Gerardo Ledezma
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