Como Magistrada de la Sala Segunda he propuesto mi nombre para tan alto cargo, como lo es la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, porque considero que es desde este cargo como podemos incidir más hacia una visión amplia en la toma de decisiones en todas las areas de trabajo para hacer cambios que se requieren desde hace mucho tiempo.
Necesitamos acciones concretas para dar prioridad a los asuntos pendientes de trámite. La mora judicial es una deuda que tenemos con los usuarios y usuarias y este fue uno de mis objetivos a trabajar cuando me postulé en este cargo ante la Asamblea Legislativa. Así que, despues de estos años tengo mayores conocimientos para su abordaje y atención. Y eso implica dedicar todos los esfuerzos posibles desde la Presidencia para atenderla, disminurla y dar la respuesta que piden los usuarios y usuarias que acuden a la institución.
Otro de los proyectos a emprender es establecer una agenda legislativa desde el Poder Judicial, para dar seguimiento a las reformas requeridas, como la Ley de Carrera Fiscal pendiente, la Ley de un timbre fiscal para la materia de cobros, la vacancia por dos años más a la vigencia del Código Procesal de Familia y varias reformas que trabajamos para modificar algunos de sus artículos. En igual sentido, impulsar con mayor fuerza seis proyectos de ley sugeridos para protección de la violencia en contra de las mujeres, entre otras más ya sugeridas.
Otro de mis temas a impulsar será devolver la credibilidad a las personas usuarias y población en general sobre la mística y trabajo de funcionarios y funcionarias comprometidos, para que muestren los valores más sublimes que rigen a lo interno: iniciativa, responsabilidad, integridad, compromiso, honradez y excelencia. Este trabajo constante devolverá la credibilidad a la ciudadanía sobre el Poder Judicial. Esto entre otros muchos objetivos que me he propuesto.
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