La historia volverá a poner de rodillas la dignidad humana ante la Inteligencia Artificial (IA)

Parece que la historia se repite, una vez más, como un autosabotaje de parte de la Humanidad para evitar estar mejor, para evitar que la calidad de vida sea óptima entre los seres humanos, como si se tratara de una compulsión para que siga existiendo hambre, guerra, miserias.

Es un proceso en el que las primeras víctimas son siempre los insensatos, quienes, por interés o beneficio propio, aunque sea temporalmente, van a obtener una ventaja que luego les arrebatarán de las manos como ya ha sucedido tantas veces en la historia de la Humanidad.

Lo que hace años se anunció como la era Industrial, resultó en un período de compulsión con marcada falta de ética de los grandes empresarios dejando de lado la responsabilidad social, sin pensar en el daño ambiental, las secuelas físicas, psicológicas y sociales de la clase trabajadora.

Primero llegó el desempleo, muchas máquinas reemplazaron a las personas, donde antes se requería de veinte operarios ahora solo se ocupaba uno. Estas secuelas pueden rastrearse hasta hoy, donde existe un alto porcentaje de desempleo en todo el mundo, donde además un operario de máquina o maquila puede ser reemplazado con facilidad por otro, pues la lista de espera es larga para ocupar ese puesto.

Esto que llegó con la era industrial se puede repetir de una forma más agresiva en la actualidad, con el agravante de que existe mayor control en las comunicaciones y la cultura de cancelación en todo el mundo está en apogeo. Mientras exista mente humana detrás de la tecnología siempre habrá riesgo de corrupción en detrimento de la seguridad de la Humanidad.

Muchos quedarán, una vez más, sin forma de generar los recursos necesarios para cubrir sus necesidades básicas, pueden perder sus propiedades por acudir a un préstamo lo que aumenta la vulnerabilidad de cada persona en el sistema económico actual cada vez más dependiente de factores externos y fluctuantes.

Profesionales como ingenieros, diseñadores, desarrolladores, contadores, periodistas, entre otros servicios ofrecidos por distintos profesionales, podrían ser en poco tiempo parte del pasado, algunos se convertirán en simples operarios de las plataformas AI, pero se irán perdiendo las habilidades blandas y técnicas a pasos agigantados.

¿Qué pasaría ante la llegada torrencial de la AI? Pues lo mismo que ha pasado con las agendas de teléfonos desde que existen los teléfonos celulares, lo mismo que ocurrió con las tablas de multiplicar desde que existen las calculadoras.

Perder las habilidades disminuye la posibilidad de analizar con mente crítica las potenciales amenazas que la tecnología puede traer consigo, como lo es la tergiversación de la información para manipular a la opinión pública, desde el tema de confianza en un negocio o marca, estadísticas y censos, opinión en redes sociales por troles de la AI, entre otros. La inteligencia «natural» irá en retroceso y amenazará la participación ciudadana en las democracias del mundo, limitando cada vez más su ámbito de acción. La censura, por su parte, sería más agresiva.

La tecnología tiene muchas ventajas, pero también es conocido que los ciberdelincuentes aprovechan esta confianza en la tecnología para cometer sus delitos: por ejemplo, vimos cómo se hackeó al Pentágono de los Estados Unidos y esta información se publicó en WikiLeaks, lo que nos habla de que toda tecnología puede tener puntos débiles de acceso sin ser detectados aún por sistemas de ciberseguridad robustos, por lo que siempre se puede manipular o extraer información.

Ahora, analicemos lo que pasó en Venezuela, donde el Tribunal Supremo de Elecciones utilizó el voto electrónico para conocer quiénes estaban a favor o en contra del oficialismo, o sea, para identificar quiénes apoyaban a Nicolás Maduro y quiénes estaban en su contra, también se llevó a cabo la manipulación de los datos y esto evitó la fiscalización eficaz y eficiente de la ciudadanía en el proceso de voto presidencial.

No existe forma de conocer de forma cierta en manos de quién estará la tecnología, pero de lo que sí podemos estar seguros es que siempre existirán mentes corruptas en la clase política que buscarán sacar provecho de esta ignorancia colectiva, por lo que desarrollarán información en apoyo a lo que quieran impulsar, utilizando la minería de datos, ¿datos manipulados?, entre otras estratagemas.

El pensamiento individualista traerá consecuencias muy difíciles para la Humanidad. La incapacidad de la ciudadanía para informarse y organizarse fuera de las redes sociales es simplemente la primera señal de que hemos sido adoctrinados e inhabilitados para luchar hasta por nuestra propia sobrevivencia, por nuestra propia existencia.

Sin empleos, la dinamización de la microeconomía se verá amenazada, por lo que los empresarios no tendrán clientes, porque ya los clientes no tendrán empleo ni dinero. El hambre será para la clase obrera que ya no encuentra empleo.

Todo avance técnico tiene dos caras: la positiva y la negativa. Así como se resalta la positiva, es hora de estudiar la Historia de la Humanidad para que la lamentable cara negativa no se vuelva a repetir.

Si no hacemos algo pronto, estaremos repitiendo la misma historia.

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