«Por sus frutos se conocerán» fue una parábola de Jesús en Mateo 7:15-20 que hace referencia a los demagogos del año 0, palabras que siguen muy vigentes en 2023, muchísimos siglos más tarde. Esta frase es también una forma de reconocer a una persona que llamamos «falsa»: dice una cosa pero sus actos nos dicen otra.
Si seguimos con los versículos de la Biblia, apropiados para ilustrar este ejemplo:
15. Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17. Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. 20. Así que, por sus frutos los conoceréis.
Reina Valera 1960
Hoy día son muchos los actos de corrupción que salen a la luz pública todo el tiempo, en los más recientes años hemos presenciado situaciones insólitas en donde la Razón, la ciencia y la técnica se dejan de lado para dar paso a ideologías extremistas que mantienen privados de libertad de pensamiento a muchos costarricenses creyendo que lo que les dicen es una verdad absoluta; hemos presenciado las declaraciones públicas de personas mentirosas que hablan como si llevaran consigo todo el peso de la verdad; se han visto jueces psicológicamente afectados por situaciones personales que usan su podio como una forma de venganza personal, en fin, un lamentable circo que tiene graves consecuencias para todos y genera heridas en el tejido social que tienen serias consecuencias hoy, mañana y a largo plazo.
Es increíble cómo la corrupción ha llegado a desplazar a la educacción ciudadana en los centros educativos, dándole paso a una sociedad consumista del globalismo, generando una sociedad dependiente y vulnerable ante situaciones internacionales que ponen en riesgo el sistema democrático pues los países terminan sometiendo sus agendas a intereses de países «desarrollados», sin tener posibilidad de accionar de acuerdo a los intereses domésticos de sí mismo.
¿Qué pasó con las mentes críticas del país? ¿Qué pasó con los juramentos hipocráticos y deontológicos de los profesionales de Costa Rica? ¿En manos de quién estamos realmente?
Hoy día el pueblo ha sido incapaz de organizarse por sí mismo, mucho menos desde una estructura y base predominantemente comunitaria. Los grupos de lucha social que han sobrevivido, la mayoría con base en redes sociales, no han logrado entender cómo funcionan dichas redes y no han podido cambiar de estrategia para que su impacto sea eficaz y eficiente.
Con respecto a los medios de comunicación, tema que compete especialmente en CRprensa, el pueblo ha sido incapaz de apoyar a medios de comunicación que tratan de hacer las cosas bien, dando voz a los diferentes actores de la sociedad y sin promover la censura previa que sí se pregona en otros medios de comunicación.
El pueblo se sigue informando en medios que han mentido y manipulado anteriormente, de diversas maneras, lo siguen haciendo pero a nadie le parece relevante.
¿Qué pasó con el autorrespeto? ¿Qué pasó con la ética profesional?
Hoy, muchos políticos deberían estar tras las rejas, muchos jueces deberían ser juzgados por delitos de lesa humanidad y muchos políticos deberían estar en una celda por delitos de lesa patria y por traición a la patria.
Propuestas como la del borrador en www.pazcr.com deberían de discutirse en cada barrio de Costa Rica. Hoy, más que nunca, los pueblos deberían de estar organizándose desde cada comunidad para defender la soberanía del país, con todo el andamiaje constitucional que conlleva, para generar un contrapeso urgente ante los grupos corruptos que han secuestrado el poder y actúan en nombre de todos los costarricenses y en detrimento del país.
El pueblo debe abrir los ojos y ver lo que sucede frente a sus ojos, abrir los oídos y escuchar lo incoherente de los discursos de quienes ostentan el poder, usar todos los sentidos en busca de una urgente solución al problema de corrupción del país que debe solucionarse muy pronto.
No puede olvidarse que en algún momento algunos llamaron «teoría de conspiración» a lo que hoy se ha vuelto una realidad.
Opciones para rescatar el país hay varias, sí, pero requieren de una participación actica por parte de los costarricenses.
Hoy en día las banderas de los partidos políticos y de los muchos «tontos útiles» que son muchas veces utilizados sin que se den cuenta, pretenden suplantar en el imaginario colectivo la falsa idea de que «representan al pueblo».
Están totalmente equivocados, el pueblo se representa a sí mismo de forma dinámica y es en la comunidad en donde se deben sentar las bases de la lucha social.
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