Demasiadas caras conocidas para hablar de cambio en la administración Chaves Robles
Son muchas las voces que se limitan a atacar sin generar debate, respaldando al presidente Rodrigo Chaves con el objetivo evidente de allanar el camino para modificar la Constitución Política y buscar su reelección.
Sin embargo, al observar de cerca, queda claro que Chaves no tiene un verdadero equipo propio. Su círculo está compuesto por figuras recicladas de otras estructuras políticas, muchas sin oportunidades previas, que ahora se ven impulsadas por una imagen fabricada desde el marketing político. ¿Son los mismos que manejan las granjas de troles?
Paradójicamente, los partidos a los que Chaves ataca son los mismos que han nutrido su administración de funcionarios. Es un reciclaje constante: se levantan, se corren, se sientan… (mismo sistema de las sillas de espera en la mayoría de instituciones pública), repitiendo el ciclo para seguir cobrando del Estado.
Y vale la pena observar con atención quién garantiza hoy la seguridad del presidente. Es el mismo personal de la DIS que permitió a la expresidenta Laura Chinchilla abordar una avioneta vinculada al narcotráfico. El mismo ministro de Seguridad Pública de aquel entonces sigue vigente. Hoy, las estadísticas indican que este podría ser el tercer año más violento en la historia de Costa Rica, mientras el crimen organizado avanza.
El silencio de Chaves y de su ministro ante el comportamiento violento de algunos policías recuerda a los “colectivos” venezolanos, estructuras mixtas entre crimen y poder político. ¿La activación de la reserva de la Fuerza Pública tiene otras intenciones? La Ley 7410 permite su uso en emergencias, pero ¿quedarán los reservistas bajo control directo del Ejecutivo, mientras la Fuerza Pública pasa al TSE? ¿Se busca crear una policía paralela?
El veto presidencial a la ley que permitía al OIJ realizar allanamientos 24/7 es otra señal preocupante. Evita que se proteja a los oficiales durante la noche, y deja la impresión de que la vida de los policías está supeditada a intereses políticos.
¿Está el presidente vinculado al narcotráfico o es el narco el que se le acerca? La esposa de un narco mexicano funda un partido afín a Chaves. Se nombra a un presidente del INDER vinculado al caso Azteca. Y desde ese mismo partido —que usa la imagen de un jaguar— se ve propaganda en la ropa de funcionarios, a pesar de las advertencias del TSE y las prohibiciones legales.
En el Ministerio de Seguridad Pública persisten las mismas prácticas: a los que denuncian se les castiga, a los cuestionados se les oculta. El exdirector de la Escuela Nacional de Policías fue enviado a fronteras tras el robo de armas de esa misma institución. ¿Dónde están los videos de ese hallazgo? Se habló de armas debajo de una cama en sacos, pero ni el OIJ ni el MSP mostraron evidencia real. Solo una mesa y armas apiladas sin pruebas de contexto.
La DIS no actuó en el caso de la avioneta narco, ni con la UPAD. Tampoco hubo respuesta cuando se borró un audio clave en la Defensoría de los Habitantes, donde Mario Zamora trabajaba durante el gobierno de Carlos Alvarado. Hoy, esa misma institución envía a la exdefensora a la embajada en Washington.
Y podríamos seguir sumando casos. Pero al final, Rodrigo Chaves continúa rodeado de las mismas figuras del PLN y del PAC, herencia directa del gobierno de Laura Chinchilla.
¿Dónde está el cambio?