Las personas somos como computadores, mostramos, nos comportamos y nos desarrollamos según la información con la que alimentamos nuestro cerebro, en ello nuestros conceptos de éxito y fracaso, de felicidad y tristeza, de creencias religiosas e incluso el ateísmo.
Quien logra controlar la información, logra inducir a la sociedad en determinados rumbos programados, por lo que es importante analizar la historia, y conocer hechos que se vienen repitiendo con intenciones similares, y que simplemente se acomodan a los tiempos, en el nuestro tenemos de digitalizar la información, los resultados son mas acelerados.
En algunos países se generó la quema de libros, entre ellos la biblia, acelerar la muerte de personas que se educaron con libros y que tienen memoria histórica, es parte de los genocidios que ya se han presentado y son parte de la historia del mundo.
Ahora, la penetración de ideologías es mas evidente que nunca, impulsadas desde el Foro de Sao Pablo y el Foro de Davos, dentro de ellos se encuentran la eutanasia, el aborto, la identidad de genero, el ateísmo y el satanismo. Cambiando el modelo educativo se cambia el destino del mundo.
Por ejemplo, en Costa Rica, no ha existido el debate sobre deuda en el FMI, en el tema de las inoculaciones experimentales, y en comportamiento de los funcionarios públicos.
Y es que muchas de estas ideologías, al no poder debatir abierta y públicamente, pasan a la censura y la manipulación de los medios de comunicación carentes de principios éticos, ya que estos principios también han sido manipulados.
La manipulación del verbo, la manipulación de letras en documentos legales pone en riesgo no solo la soberanías de los países, sino la libertad individual y los derechos humanos, por eso, la vigilancia de las acciones de los funcionarios públicos es un derecho y una obligación del ciudadano.
La corrupción ha llegado a niveles impensables, la ciudadanía no tiene forma de filtrar la gente con malas intenciones que llegue al poder en el gobierno, pero esta gente mala si tienen la posibilidad de crear leyes para usar el brazo fuerte de la ley para controlar al pueblo.
Por eso, entender que corrupción es el resultado de la penetración de la mafia organizada para manipular la ley, pero al mismo tiempo y muy preocupante, la corrupción busca desactivar la correcta actuación de la ley, tanto en las autoridades judiciales como administrativas.
En otras palabras, si en una democracia, el poder esta en el pueblo, todo lo que busque evitar al ciudadano ejercer esa fiscalización y principalmente, exigir justicia, podría inducir al pueblo a un conflicto social.
Por eso, el saber que un pueblo puede auto-convocarse para tomar acciones en protección de la defensa del sistema democrático, cuya función a sido por la cual se creó la misma Organización de Estados Americanos (OEA), sin embargo, el avance de las ideologías de izquierda en América latina es muy evidente.
La pregunta es ¿mediante las redes se hacen pasar como la opinión popular?, bueno, esto no debería de darse, ya que un usuario de una red social puede estar en cualquier parte del mundo, desde cualquier nacionalidad, un usuario sin ética que recibe una paga para impulsar una ideología como las mencionadas mas arriba, entonces, la teoría de conspiración de manipular las masas a través de las redes sociales y medios de comunicación ya es un hecho.
Si las redes sociales no son confiables, si el hackeo de las instituciones públicas se da tras finalizar el gobierno del partido que no solo violentó derechos constitucionales de los costarricenses, sino que también violentó la prensa nacional y la prensa independiente. Y donde vemos que grandes casos de estafas quedan en nada, ¿son estos funcionarios judiciales puestos ahí por esa mafia?, no podemos afirmarlos, pero ¿como podemos los ciudadanos investigarlo?, y ¿donde podemos acudir de que fuera cierto?.
Solamente el pueblo puede organizarse, fuera de redes sociales, analizar las acciones de los funcionarios públicos, por eso, les sugerimos leer el siguiente pdf, como un simple borrador para iniciar a discutir desde nuestras comunidades.
Opinión de Gerardo Ledezma.
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