Ante una verdad implacable, queda a la luz en documentos desclasificados que sacó la CIA sobre los nexos de Robert Vesco con políticos costarricenses desde los años 70s y que evidenciaron la práctica muy común de recibir plata de origen oscuro para quedar en el poder, y después hacer negocios muy prósperos al amparo de protección de autoridades, convirtieron a Costa Rica en una capital global del crimen organizado.
Hoy la televisión alemana nos ve así:
Pero, la televisión colombiana hace dos días publicó:
Y la televisión francesa reseñó que:
Además, la televisión chilena pone un contexto de inseguridad a nivel latinoamericano
Por lo tanto, salta la duda en manos de quién estamos en Costa Rica ante lo notoriedad que la delincuencia campea y controla el país. Es evidente que la solución ante la inseguridad debe incluir una limpia en las altas esferas del poder político y una transformación que baje la corrupción y que permita reducir los delitos de “cuello blanco” realizados por los mismos que luego imponen leyes que postran a la sociedad costarricense a la violencia y a la pobreza, dando como receta mágica cárcel llenas de pobres y de excluidos, mientras en condominios, jacuzzis, yate y lujo se negocia toda clase de impunidad. En resumen, desde afuera nos dicen la profunda crisis que vive el país.
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