Ella ha estado sirviendo en el centro canino de la Guardia Nacional de Ucrania durante varios años. Ella estaba protegiendo el orden público y buscando personas desaparecidas.
Debido al ataque ruso, la brigada se reagrupó y los perros del centro canino tuvieron que ser evacuados. La mayoría de los guardias de cuatro patas se salvaron, pero Leah se asustó por las poderosas explosiones y huyó. Los cinólogos la han estado buscando durante mucho tiempo, pero sin éxito.
Un día, Leah, después de viajar sólo Dios-sabe-cuántos kilómetros (no digamos cuántos a los enemigos) encontró a su amigo humano.
«Recordando que le enseñé el trabajo de senderos, Leah tiene capacidades olfativas muy desarrolladas. Estaba hambrienta y exhausta, pero me encontró sola y vino a mi posición. ¡Imagínense mi sorpresa y alegría de que haya sobrevivido!», dice el guardia Bohdan.
Ahora Leia continúa realizando su servicio militar y junto con la Guardia defiende la tierra ucraniana del invasor ruso
