Compositora nacional reclama igualdad

Para Amelia Barquero Trejos, ex cantante lírica nacional, actual compositora y septuagenaria, ser adulta mayor en esta sociedad es limitante: “te reduce, te estruja, te pone una etiqueta de invisibilidad adonde quiera que vayas, cuando existe un potencial enorme que expresar”.

“Si tuviera que nombrarme de alguna manera en esta sociedad, para clasificarme, preferiría llamarme adulta, no adulta mayor”.

No permito que me cataloguen como adulta mayor”

Para ella, en Costa Rica, ser adulto mayor podría traer más desventajas que ventajas, el mundo parece querer cerrar los ojos ante personas mayores de 70 años. Lo dice una mujer que en plena pandemia fue cuando más trabajo creativo realizó: compuso obras para diversos intérpretes, encargos nacionales e internacionales y que, pese a sus problemas de salud, sigue trabajando en sus composiciones y en la fundación en pro de los pacientes con cáncer que dirige desde hace varios años.

“Seré adulta mayor cuando ya no sea capaz de tomar mis propias decisiones, cuando decida que es momento de poner la administración de mi vida en manos de alguien de mi confianza. No existe organización ni persona que simplemente decida que a partir de este a este momento resulta que soy una adulta mayor. No, eso lo decido yo. Soy la administradora de mi vida”, expresó.

Esto me llevó a pensar en lo incierta que puede ser la situación actual de los “adultos mayores” en Costa Rica, o “ciudadanos de oro”, o adultos, como prefiere llamarlos Amelia.

¿Qué implica para un ser humano ser catalogado como adulto mayor en esta sociedad? ¿Cómo interpreta a un adulto mayor la mirada del otro? Más allá de no pagar pasaje en la mayoría de los buses, no hacer filas en algunos lugares, entre otros, más allá de eso, ¿qué implica en la sociedad actual ser un “adulto mayor”? ¿Se sigue siendo un adulto?

“Ser adulto es ser adulto -expresó Amelia-, pero ser adulto mayor en esta sociedad, implica en cierta forma la mutilación de la integridad ese adulto, y eso trae consecuencias en la vida de las personas”.

¿Será acaso que ser “ciudadano de oro” es un eufemismo que esconde una realidad completamente diferente? ¿Será que como sociedad no estamos preparados para integrar a las personas mayores de 70 años en el día a día? ¿Y qué hay de los adultos de más de 90 años? ¿Y más allá de 100? ¿Qué sabemos realmente de esta gente?

Para Amelia, todavía falta mucho por abordar en este tema. Sin embargo, ella se niega a ser invisibilizada y ha logrado grandes cosas, por ejemplo, fue declarada Mujer del Bicentenario por el gobierno de la República y la más reciente obra sinfónica fue declarada como obra sinfónica del Bicentenario por la Asamblea Legislativa.

“Soy la administradora de mi vida”, concluyó. Definitivamente, le creo.

Opinión de: Mila Argueta, paralegal.

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