¿Ciencia vs Ideología?, la vacunación infantil y el consentimiento informado.

El manejo de la pandemia tiene diferentes aristas, pero en un mundo donde la participación de la falta de valores es un hecho, y donde la corrupción ha llegado a diferentes instituciones en el mundo, simplemente creer en la palabra de un tercero es un acto de irresponsabilidad, ya que los argumentos sin respaldo son simplemente manipulación de la opinión publica, pero cuando esto afecta la vida humana se convierte en un acto repudiable, que puede inducir a delitos de lesa humanidad.

Esto fue lo que se vio a grueso modo en el conversatorio desarrollado por el Colegio de Periodistas, donde se siguen comparando datos científicos y datos oficiales mostrados por Bicentenario, contra opiniones personales sin datos concretos, ni demostrados por los médicos que apoyaron la inoculación, al parecer estos últimos simplemente creen en el trabajo de terceros, y lo defienden en micrófonos ¿esto es algo ideológico?

Conversatorio COLPER – Bicentenario 22-02-2022

Al parecer la ideología anti-científica que es igual pro-vacunas, se basan en un simple acto de fe, lo que lo convierte en una ideología, esto demuestra que que los anti-ciencia no pueden debatir abierta y científicamente, ya que en los tres conversatorios esta ausente la presencia de pruebas científicas de apoyo a la sustancia, simplemente han manifestado opiniones personales, ¿por esto no hay debates públicos sobre la sustancia experimental?, ¿por esto se debe imponer, al no tener argumentos respaldables para convencer a la población?, o ¿existen intereses comerciales detrás de las inoculaciones obligatorias?, los costarricenses debemos poner la vista en las acciones de los funcionarios públicos según nos indica la Constitución Política.

Por el contrario, el grupo Bicentenario ha presentado documentos de irregularidades del manejo de la sustancia experimental en el país, y hablan con datos concretos como la ausencia de fechas de vencimientos en los frascos, documentos de que la sustancia es experimental, ademas del tiempo de estabilidad bioquímica inferior a lo acostumbrado junto con la ausencia garantías de calidad que al parecer fue simplemente documental. Mientras que los médicos pro sustancias evitaron responder sobre la responsabilidad de los efectos adversos de la sustancia en menores, tampoco brindaron datos ni sus fuentes, principalmente repitieron que la sustancia estaba en fase tres pero que no era experimenta, sin embargo la fase tres es precisamente porque no se conoce los efectos a mediano y largo plazo, lo que la convierte en fase experimental, así lo indican documentos de la CCSS y del Ministerio de Salud mostrados por Bicentenario.

El juramento ipocrático, el código de Nuremberg, los derechos humanos han sido simplemente ignorados, los mismos que han nacido para evitar los abusos de los gobiernos que aprovechan estas pandemias para generar justificaciones de uso de fondos públicos que se pierden, e incluso para generar cambios en leyes y reglamentos, que se encuentran por debajo de la Constitución Política, pero las mismas autoridades le dan valor a leyes por encima de la carta magna, ¿es esto una ruptura del hilo constitucional?

Este tipo de debates deberían ser cubiertos por la prensa nacional tradicional, ya que estar vigilantes de nuestro sistema democrático es un derecho intransferible de los ciudadanos, y ni siquiera un decreto presidencial, ni una pandemia debe poner en riesgo la libertad, ni una ley debe permitir aplanar el terreno para que cualquier déspota que llegue al poder pueda usarlo para generar un golpe de estado suave, una dictadura moderna como lo alertó la misma OEA con el caso de Venezuela.

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