Censura, Corrupción, Conspiraciones, ¿historia o teorías?

Ante el escándalo vivido en Costa Rica en caso cochinillas, es importante analizar diferentes aristas que impulsaron al abuso del poder en puestos públicos para enriquecerse algunas personas en perjuicio de las mayorías. Lo que penetrar en este sistema organizado para desarticular el negocio ilícito ha dejado como experiencia que muchas personas se ven involucrados y beneficiados para encubrir el lucrativo negocio, donde en allanamientos también vemos a funcionarios judiciales involucrados. Denunciar muchas veces ha sido un tema hasta peligroso.

El gran sistema de censura establecido en el mundo previo al inicio de la pandemia del covid desata una serie de dudas que inducen a teorías de conspiración que no podrían estar del todo erróneas, y por eso queremos hacer algunas comparaciones sencillas que busca solamente un punto de inflexión en su credibilidad, asi someta todo los que lea a estudio y se forme su propio quiterio.

Y es que personas malas han existido, hablemos de Hitler, Musulini, Fidel Castro, Daniel Ortega, Hugo Chaves, Nicolás Maduro, entre otros muchos que han dañado países para acumular riqueza; en nombre de los pobres incluso. Usando las diferentes policías como su grupo de dominio ciudadano, un control autoritario.

La transformación de leyes de los países secuestrados es un plazo largo, en el caso de Nicaragua y Venezuela llevaron un tiempo al rededor de 15 años de transformación institucional, donde usted encontrará como organizaciones como la ONU y la OEA también se están viendo afectados, y es que han penetrado todas las organizaciones e instituciones fundamentales para blindarse en el poder, saqueando las riquezas de los países y endeudando al país para llevarse el dinero también a paraísos fiscales.

Esto anterior solo tiene una intención, demostrar que hay gente buena y gente mala en cualquier parte del mundo, pero la gente mala está mejor organizada.

Ahora, recordemos la historia, donde dos hechos críticos se han dado en el mundo, uno ha sido la quema de libros y otro fue la experimentación de vacunas en humanos.

La quema de libros se ha dado en diferentes fechas de la historia como un tema ideológico. Estos hechos buscan limitar el acceso a la información para que las personas pienses de una sola forma, y no conozcan alternativas e historia que marcarían un camino en las luchas y defensas de los derechos humanos. En el día de hoy podemos compararlo con la censura en redes sociales, donde hablar de ciertos temas en Google, Facebook u otras plataformas son simplemente un motivo de cierre del canal o del perfil, sin derecho a pensar diferente.

El otro tema es la experimentación de vacunas en humanos, como se dió en Alemania. Tras esta escalofriante historia justificada en la salud de las poblaciones de algunas regiones, les ofrecían ser vacunados para salvar sus vidas, sin embargo eran soluciones experimentales ya que aun no eran catalogadas como vacunas.

Por ello se llevó a cabo el tribunal de Nuremberg en ese momento, y se estableció un código de bioética, el cual es de conocimiento de todo personal medico en todo el mundo.

Ahora, la similitud de la crisis generada por el covid destapa nuevamente estas conductas, la censura de información a todo aquello que no concuerde con los intereses de idiológias globalistas, imponiendo la inoculación de una sustancia experimental grado tres que mal llaman vacuna, ya que no hay una sola certificación que lo confirme, tampoco hay consentimiento informado a las personas que se lo inyectan siendo una solución experimental, y todo basado en la salud, al igual que se dió en Alemania.

Entonces, ¿recordar la historia es ser conspiracionista? o ¿es evitar repetir la historia?

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