Barbie: ¿fuera de la caja?

Fui a ver la película Barbie con mi prima el fin de semana. Habíamos visto algo de las críticas en las redes sociales, nos interesaba ver la propuesta de la directora Greta Gerwig, una directora que al parecer se abre paso en el mundo del cine a pasos agigantados y que ahora, con esta nueva película, daba mucho de qué hablar.

Si bien la película tiene cosas interesantes, debo decir que Barbie nos decepcionó en varios frentes, pero fundamentalmente por una razón: más allá de que es una película que entretiene hasta cierto punto, la realidad es que no se da allí una ruptura real y material con la muñeca perfecta que desde los 50’s ha sido la estrella de Mattel, lo cual es lamentable, puesto que sí se tenían todos los elementos, todos, desde nuestro punto de vista, para haber logrado algo memorable en ese sentido y realmente hacer la diferencia en el mundo actual con una propuesta refrescante y que marcara un cambio de paradigma.

Más allá de otras críticas que se puedan hacer, me parece relevante el caso de Ken, que a diferencia de Barbie sí logra emanciparse, encontrarse a sí mismo, descubrir que es Ken, lo que queda manifiesto en el slogan que le define a partir de ese momento: “Kenough”. En cambio, Barbie nunca se hace humana realmente, no logramos ver eso, pese a que es la primera en tener una ruptura con la cotidianidad y una crisis existencial en el mundo Barbie, en donde supuestamente todo era “perfecto”.

Si la consciencia de la existencia de la muerte: pies planos, celulitis, por ejemplo, fue lo que llevó a Barbie a abandonar el mundo de las Barbie para aventurarse al mundo real, ¿por qué no se desarrolló ese centro hasta el final? ¿No es acaso ese el dilema central de Barbie: antes era perfecta y de pronto ya no lo era? ¿Quién es ella entonces a partir de ese descubrimiento? ¿Qué es lo humano de Barbie en realidad? ¿Qué es Barbie?

Desde mi punto de vista, Barbie vuelve a su caja, no se libera de esa maldita caja, porque nunca la vemos como una humana que envejece, con cuerpo que se rompe, con las arrugas, o enfrentando el asunto de la celulitis, etc., etc. Si el atisbo de consciencia de la muerte fue lo que hizo que ella emprendiera su viaje al mundo real, ¿por qué fue la muerte lo que al final se mandó a la caja en esa película? ¿Dónde quedó ese momento trascendental en la vida de Barbie? Si bien los humanos no somos solo muerte, la vida de Barbie cobra sentido porque existe la muerte, porque es una humana que por fin va a vivir en el mundo real que no es ni la sombra del de Barbie y lo hace por elección.

Para mí es claro: Barbie es Barbie y, por más diversidad que quisieron implementar con otros personajes, ella era la única que podía hacer la gran diferencia, siendo humana por primera vez en la historia de Mattel.

“Con solo nacer en cuerpo de mujer, ya no sos Barbie”.

Opinión de: Mila Argueta Románova, redactora.

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