Dinero chino, contradicciones políticas y opacidad electoral: el financiamiento que impulsó a Rodrigo Chaves a la Presidencia

Opinión | Mientras el presidente denuncia la influencia de China en partidos tradicionales, su propia campaña fue financiada con más de medio billón de colones provenientes de empresarios chinos. Una contradicción política que expone la fragilidad del sistema electoral costarricense.

En el discurso público, el presidente Rodrigo Chaves ha mantenido una postura crítica contra lo que denomina como “penetración china” en Costa Rica, advirtiendo sobre la influencia de empresas, universidades e incluso partidos políticos que, según él, mantienen vínculos con el régimen chino. Pero fuera de micrófono y en los expedientes del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), la historia revela un guion distinto.

Según datos oficiales del TSE, investigaciones periodísticas y documentación abierta, la campaña que llevó a Chaves al poder en 2022 —bajo la bandera del Partido Progreso Social Democrático (PPSD)— fue financiada en gran parte por empresarios de origen chino, a través de bonos estatales, donaciones privadas y fideicomisos paralelos. Montos que superan los ₡500 millones y que, hasta la fecha, siguen bajo escrutinio judicial y administrativo.

📆 Antecedentes: la ruta diplomática y la influencia del PCCh

Desde 2007, Costa Rica mantiene relaciones formales con la República Popular China, tras romper relaciones con Taiwán durante el gobierno de Óscar Arias. Desde entonces, se han consolidado proyectos como el Estadio Nacional, el Instituto Confucio y múltiples acuerdos de cooperación cultural y económica.

En el plano político, el Partido Comunista Chino (PCCh) mantiene una política de “diplomacia de partidos” a través del Departamento Internacional del Comité Central, mediante foros internacionales, invitaciones a delegados de América Latina y seminarios ideológicos. En el caso costarricense, miembros del PAC, PLN y PUSC han participado en el Foro China–CELAC de Partidos Políticos, entre ellos Margarita Bolaños (PAC, 2015).

Estos encuentros no implican financiamiento ni acuerdos formales, sino intercambios simbólicos y diplomáticos, típicos de la política exterior del PCCh en la región. Sin embargo, han sido utilizados por el gobierno de Chaves como señal de advertencia sobre posibles influencias externas en partidos tradicionales.

💵 El financiamiento chino en la campaña del PPSD

A pesar del discurso oficialista, fue precisamente la campaña de Rodrigo Chaves la que recibió los mayores aportes individuales de origen chino registrados en la historia electoral reciente de Costa Rica.

Principales aportes documentados:

NombreOrigen / NacionalidadMonto estimadoDetalles
Fengliang Zheng ZhengChina / residente en Costa Rica₡209,5 millonesEmpresario del sector gastronómico, hizo aportes a través de bonos adquiridos por su esposa.
Luis Chen MokCostarricense de origen chino₡77 millonesComerciante vinculado a importaciones, donó en nombre propio.
De Sheng Lin HuCiudadano chino₡70 millonesAportó como “regalo” a su hijo, empresario en Costa Rica.

Estos aportes se realizaron a través de la compra de bonos de deuda política emitidos por el PPSD, legalmente válidos pero cuestionados por su volumen, la nacionalidad de los aportantes y la falta de trazabilidad respecto a los fines del financiamiento.

🧾 El fideicomiso “Costa Rica Próspera”: caja paralela de campaña

Además de los bonos, la campaña de Rodrigo Chaves fue apoyada mediante el fideicomiso “Costa Rica Próspera”, creado el 24 de febrero de 2021. Fue estructurado por el empresario Jack Loeb Casanova y operado a través de ATA Trust Company, bajo administración de Arnoldo André Tinoco, quien luego se convertiría en canciller, y Alonso Vargas, también miembro del círculo de confianza del presidente.

El fideicomiso manejó al menos ₡136 millones de colones, sin registrarse ante el TSE como parte del financiamiento electoral. De hecho, durante la campaña, Chaves negó su existencia. No obstante, el propio fideicomiso fue inscrito legalmente ante notaría y mantenía cuentas activas en el sistema financiero nacional.

🧑‍⚖️ Las investigaciones abiertas

El Tribunal Supremo de Elecciones mantiene al menos 11 expedientes administrativos abiertos contra el PPSD y su campaña presidencial, incluyendo:

  • Financiamiento no reportado.
  • Falsificación de firmas.
  • Posible legitimación de capitales.
  • Uso de fideicomisos ilegales.

La Fiscalía General de la República también abrió causas penales vinculadas a estos hechos. En junio de 2025, un reporte interno del TSE catalogó el financiamiento de la campaña de Chaves como un “esquema opaco e irregular que vulnera el principio de transparencia y equidad en el proceso electoral”.

⚖️ Doble discurso: la contradicción presidencial

A pesar de que su ascenso al poder estuvo claramente marcado por el financiamiento de empresarios chinos —algunos con relaciones familiares y comerciales con estructuras de poder económico internacional— el presidente Chaves ha mantenido un discurso agresivo contra la influencia de China en Costa Rica.

Entre sus acciones:

  • Restricción a Huawei y ZTE en proyectos de telecomunicaciones (en línea con las recomendaciones de Estados Unidos).
  • Críticas públicas al Instituto Confucio, señalándolo de posible injerencia cultural.
  • Advertencias sobre el financiamiento político indirecto del PCCh, en alusión a partidos como el PLN, PAC y PUSC.

Este discurso se contradice directamente con los datos oficiales sobre los aportes que recibió su campaña, provenientes de personas del mismo origen geográfico que critica.

📌 Contexto geopolítico: Estados Unidos, China y Costa Rica en tensión

La presencia de China en América Latina, y especialmente en Costa Rica, es vista con recelo por sectores vinculados a Washington. La exclusión de empresas chinas de la red 5G, el reforzamiento de vínculos con la DEA y las advertencias de legisladores estadounidenses como Marco Rubio, apuntan a un nuevo eje de presión diplomática.

Costa Rica, por su parte, intenta balancear su dependencia económica de China con las condiciones políticas impuestas por sus aliados estratégicos en Occidente. Sin embargo, casos como el del financiamiento de Chaves muestran que la influencia china no es solo institucional o empresarial, sino también electoral, y ha tocado directamente la estructura del poder.

Suspensión de visas: la presión silenciosa de Estados Unidos sobre figuras vinculadas a China

La creciente tensión entre Estados Unidos y China también ha tenido repercusiones directas en Costa Rica. En los últimos meses, Washington ha tomado una medida poco usual pero reveladora: la revocación de visas de ingreso a Estados Unidos a varias figuras costarricenses, sin explicaciones oficiales, pero con un patrón claro.

Una de las afectadas fue la diputada Vanessa Castro, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), quien denunció públicamente en junio de 2025 que su visa fue anulada por el Departamento de Estado. Aunque la embajada estadounidense en San José no ofreció detalles sobre las causas, fuentes diplomáticas apuntaron extraoficialmente a presuntos vínculos con empresarios chinos o participación en actividades asociadas a foros de diplomacia blanda promovidos por el Partido Comunista Chino (PCCh).

Castro rechazó cualquier insinuación de relaciones con el gobierno chino y calificó la acción como una “medida arbitraria y sin fundamento”. Sin embargo, su caso no fue aislado.

Según información confirmada por medios como AP News, otras figuras costarricenses —incluyendo exfuncionarios, empresarios y asesores políticos— también habrían visto sus visas revocadas en el primer semestre de 2025. La lista no ha sido divulgada oficialmente, pero correspondería a una estrategia estadounidense de contención diplomática, en línea con acciones similares tomadas en países como El Salvador, Honduras y Panamá.

Esta práctica —amparada en leyes migratorias estadounidenses que permiten negar el ingreso sin justificación pública— se ha convertido en una herramienta de presión geopolítica. En el contexto costarricense, sirve para marcar líneas rojas en cuanto a los vínculos de figuras locales con China o con estructuras financieras poco transparentes.

En conjunto, la revocación de visas a actores costarricenses refuerza el marco geopolítico en el que se inscribe la contradicción del actual gobierno: mientras se critica la presencia china, se benefició directamente de ella para llegar al poder. Y mientras se promociona una alianza con Estados Unidos, el país queda expuesto a medidas unilaterales y selectivas que afectan su soberanía política interna.

🎯 ¿Qué revela la política de visas?

  • Estados Unidos está observando de cerca las redes de financiamiento electoral, empresarial y político en Costa Rica que tengan vínculos —directos o indirectos— con China.
  • Aunque no haya una acusación formal, la revocación de visas funciona como un mensaje silencioso pero contundente: cualquier relación con estructuras chinas podría implicar consecuencias diplomáticas.
  • Esto contrasta con la posición pública de Rodrigo Chaves, quien, pese a haber sido financiado por empresarios de origen chino, ha alineado su política exterior con Washington y ha respaldado las restricciones a empresas tecnológicas chinas.

✅ Conclusión

El presidente Rodrigo Chaves acusa a sus adversarios de estar bajo la influencia de China, pero su camino hacia la presidencia fue asfaltado con capitales chinos. Esta contradicción revela una estrategia política de doble discurso, donde el financiamiento privado opaco se oculta bajo una narrativa de soberanía.

Más allá del debate ideológico, el caso evidencia fallas estructurales en el sistema electoral costarricense, que permite la entrada de capital extranjero a través de bonos, fideicomisos o figuras jurídicas que burlan los controles del TSE.

La transparencia política, la autonomía electoral y la integridad institucional quedan comprometidas si el país no establece límites claros al origen del dinero en campaña. El caso Chaves es, en ese sentido, un espejo incómodo que refleja el poder silencioso del dinero extranjero en la democracia costarricense.

Reflexión

Ante el actual panorama político costarricense, marcado por financiamientos opacos, dobles discursos y ataques sistemáticos entre actores que comparten más de lo que aparentan, la pregunta es inevitable: ¿estamos realmente frente a una administración que representa el cambio que dice encarnar, o se trata de una disidencia controlada, funcional al mismo sistema que finge combatir?

La narrativa del enfrentamiento parece un montaje. Figuras que se acusan mutuamente terminan vinculadas por los mismos hilos financieros, mientras la justicia avanza a paso lento o se detiene antes de llegar a quienes ostentan el poder. La imagen de coyotes de la misma loma no es exagerada: se muerden de cara al público, pero caminan juntos fuera de cámara.

El ciudadano costarricense no puede seguir observando esto como un fenómeno aislado. Lo que ocurre en Costa Rica se asemeja cada vez más a los procesos vividos en países como Venezuela, Nicaragua o incluso México, donde estructuras paralelas al Estado capturan el poder real, mientras se mantiene una fachada de democracia.

Entonces, ¿vivimos en una democracia funcional o en una simulación política bien calculada? ¿Estamos frente a un golpe de Estado blando, donde el control se ejerce sin tanques, pero con billeteras y fideicomisos?

Es hora de dejar de mirar hacia otro lado y hacerse las preguntas incómodas. Porque lo que hoy se disfraza de “progreso” puede ser, en realidad, el camino hacia una sumisión institucional camuflada.

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