Empresas deberían abandonar correos gratuitos para proteger su identidad y evitar estafas
En un entorno digital cada vez más expuesto a fraudes, suplantaciones de identidad y correos maliciosos, las empresas que aún utilizan direcciones gratuitas como @gmail.com, @hotmail.com o similares están quedando rezagadas en términos de seguridad, credibilidad y profesionalismo.
El uso de un correo electrónico profesional —por ejemplo, info@nombredeempresa.com— no solo transmite confianza al cliente, sino que permite verificar la autenticidad del remitente, reduciendo considerablemente los riesgos de phishing o estafas comunes en la comunicación comercial.
Los correos gratuitos son fáciles de falsificar o clonar. Los delincuentes pueden crear cuentas con nombres similares a los de marcas reconocidas y engañar a usuarios desprevenidos. En cambio, un dominio propio permite configurar medidas de seguridad como SPF, DKIM y DMARC, herramientas clave para asegurar la integridad del mensaje y autenticar su origen.
Además, utilizar un dominio personalizado refuerza la imagen institucional y el posicionamiento de marca. En un simple vistazo, los clientes pueden distinguir si se trata de una empresa seria o de una comunicación poco fiable.
Desde el departamento de ventas de www.host-cr.com, especialistas en soluciones de hosting en el continente, señalan que “la mayoría de los intentos de estafa que reportan nuestros clientes provienen de correos gratuitos. Recomendamos a toda empresa registrar su dominio y activar correos corporativos cuanto antes. Es una inversión mínima que protege la reputación del negocio y da tranquilidad al cliente final”.
Expertos en ciberseguridad y marketing digital coinciden: el primer paso para consolidar una presencia profesional en internet es contar con un dominio propio y correos electrónicos asociados al nombre de la empresa. Hoy en día, configurar estas herramientas es sencillo, económico y esencial para operar con transparencia y proteger tanto a la empresa como a sus clientes.
El llamado es claro: las organizaciones que aún dependen de correos gratuitos deben dar el salto hacia una identidad digital segura y profesional. En un mundo cada vez más digitalizado, proteger la reputación y prevenir el fraude comienza por el correo electrónico.