El ridículo del Poder Judicial ante mis múltiples, abundantes y detalladas denuncias por la penetración del narco…

Se empeñan en detenerme por nada.
Se empeñan en humillarme y en joderme la vida.
Me llevaron de San José a Cartago esposado de manos y de pies.
Me cobran lo que está pasando con Celso Cementazo Gamboa.
Ni más ni menos.
Me cobran mis denuncias contra El Cartel de los Narco Abogados.
Me cobran que pasé cuatro años diciendo que Celso Cementazo Gamboa es el zar del narco en Costa Rica.
Me cobran que he dicho que el narco abogado José Pablo Badilla Villanueva le paga a fiscales y a jueces. Los recluta para el servicio obediente del narco. Y quiere matarme.
Me cobran que he dicho que Francisco El Capo Dallanese fue el fiscal del diablo: metió en la cárcel a Rafael Ángel Calderón Fournier, a Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, a Omar Chaves y al Padre Mainor sin pruebas y sin testigos, inventando pruebas y comprando testigos. Y quiere matarme.
Me cobran que he denunciado la corrupción de narco abogados como René Orellana, narco abogado de los narcos Palidejo, Chupeta (el narco que le prestó el Jet a Laura Chinchilla) y otros siete narcos; la corrupción del narco abogado Celso Cementazo Gamboa, el narco abogado de Pecho de Rata, Macho Coca, Pancho Villa, Pollo, Mono, Prince, Press, Gerardo Pitufo, Chino Teja, Los Retana, Los Turesky, Marvito Villalobos, Teresa Gardela y El Cartel de los Soles en Costa Rica; la corrupción del narco abogado Gustavo Adolfo Koutsouris, El Chupacabros Cochobis, quien ha estafado a cientos de agricultores, es el zar de las denuncias falsas para alejar a los hijos del papá y violó a una funcionaria judicial por lo que perdió su trabajo como juez civil de menor cuantía; la corrupción del narco abogado Douglas Iván Rivera, el narco juez, un títere del zar del narco Francisco El Capo Dallanese; la corrupción del narco abogado Agustín Corrales, ligado a carteles mexicanos; la corrupción del narco abogado Édgar Francisco Hernández Mora, quien legitima el robo de carros junto a René Orellana Meléndez y junto a Irving Contrabando Malespín o Irving Maleantín; la corrupción del narco abogado Simón Manzanita Angulo Arredondo, el narco abogado de los narcos Manzanita, Schock y Tony Peña Russel; la corrupción del narco abogado Irving Contrabando Malespín o Irving Maleantín, el narco abogado de los narcos Gustavo Rojas Brenes, Luis Jiménez Colas, Elizabeth Araya Chinchilla, Andrés Araya Chinchilla, Manfred Moraga, Ricky Ricón (Édgar Daniel Herrera Soto), Andrés Gerardo Guzmán Arroyo (El Chapo Guzmán Tico), Adrián Herrera, Fernando Arroyo Murillo (El Pinga Loca), Róger Gerardo Bogantes Alfaro, Gabriela Arroyo Chacón, todos vinculados a El Cartel de Sinaloa.

La narco progenitora alienadora de tres hijos míos, Gabriela Arroyo Chacón, se ligó con narcos para separarme de mis chiquitos.
Ha sobornado a personal del PANI, a fiscales y a jueces.
Ha sobornado a sinvergüenzas del PANI como Luis Carlos Campos Luna, Yorleny Mora Acuña, Manuel David Rojas Saborío, Johan David Gutiérrez, Johanna Sánchez Fonseca, Noelia Corrales y Mónica Corao.
Tengo cuatro años sin tres de mis hijos.
Me quitaron a mis hijos y me convirtieron en un tigre, en un jaguar.
No le tengo miedo a nada ni a nadie.
El ridículo del Poder Judicial no tiene nombre.
Están chimados porque he hecho 25 mil publicaciones sobre el narco en Costa Rica.
Hágale números. 25 mil publicaciones contra el narco.
Y sin compañeros.
Y sin prensa.
Y sin plata.
Y sin trabajo.
Y sin chaleco antibalas.
Y sin protección policial.
A veces tan enfermo que me cuesta levantarme de la cama.
He estado cuatro veces hospitalizado pero nada me detiene.
Solo contra el mundo en el rescate del vínculo con mis hijos.
Mis papás se sienten orgullosos de mi lucha.
Mis hijos sabrán que han tenido un papá todo terreno, que no ha permitido que ni la corrupción ni el narco le ganen esta guerra.
Mis hijos volverán a mí.
Esta guerra es por amor.
Es la guerra de un periodista.
Es la guerra de un papá.
Es la guerra de un hombre.
Es la guerra es un poeta.
Es la guerra de un investigador.
Es la guerra de un guerrero.
Es la guerra de un ser humano secuestrado por la ausencia de sus hijos.
Estos malnacidos, malparidos, desgraciados, corruptos, vendidos, comprados, delincuentes y cabrones narco abogados quisieron destruirme con denuncias falsas.
Perdí mis trabajos.
Perdí mi casa.
Perdí la salud.
Perdí el miedo.
Voy con todo.
Más fuerte que nunca.
Con Dios en la cabeza y con mis hijos en el corazón.
No le aguanto nada a nadie.
Me caigo y me levanto.
Me levanto todas las veces que sea necesario.
Me levantan Jesús y María.
Me levanta mi madre, Sarita.
Me levanta María Pía.
Me levanta María Auxiliadora.
Me levanta la Virgen de los Ángeles.
Me levanta el recuerdo de mis hijos, la nostalgia por mis hijos, la ausencia abismal de tres hijos.
Soy el ejército de una sola persona.
El ejército de mí mismo.
El ejército de un papá.
El ejército de todos los papás despojados cruelmente de sus hijos.
El ejército de todos los hijos despojados cruelmente del papá o de la mamá.
El ejército contra el PANI.
El ejército contra el Poder Judicial.
Me podrán esposar, andar en perrera, lastimar y humillar las veces que les dé la gana.
Pero no me van a callar.
Pero no me van a detener.

Camilo Rodríguez Chaverri, periodista

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